Amante del cine de acción de otra época. Fan incondicional de los animes de entonces. La lectura es uno de mis pasatiempos favoritos, así como los videojuegos.

Los 80 y los 90 fueron los años donde la infancia y juventud de quién escribe, corrieron fugaces pero fuertemente influidas por aquellas series, películas y videojuegos míticos de una época irrepetible. El cine de acción hollywoodiense, los entrañables dibujos animados que poco tienen a ver con los de ahora, el auge del manga y el anime en Europa, el cénit de los videojuegos en los salones recreativos, la llegada de las 3D… sucesos que, para los que lo vivimos, dejaron una marca profunda y muy característica.

Merienda en mano, crecí viendo series de dibujos como Ulises, Dr. Slump, Comando G, Heidi, La Vuelta al Mundo con Willy Fog, Sherlock Holmes, Érase una vez la vida que, por dispar que sea, compaginaba con películas míticas como Conan el Bárbaro, La Guerra de las Galaxias, Alien, Terminator o Depredador, por nombrar algunas de mis favoritas. Como buen elemento nacido en la década prodigiosa, crecí pegado a una televisión: Campeones, Caballeros del Zodíaco, Tortugas Ninja, El Precio Justo, Un, dos, tres, Alababalá, La Historia Interminable… devoraba literalmente lo que echaran. Y así fue como en el año 90 conocí la serie que dio el pelotazo definitivo: Dragon Ball. De la noche a la mañana, las aventuras del niño con cola en busca de unas bolas mágicas se convirtieron en mi religión más candente, como a muchos…

Y hablando de religiones, no puedo dejar de nombrar la que ha sido la obra que más me ha influenciado, y que, también como a muchos, es la culpable de que me haya lanzado a escribir o a crear este blog: El Señor de los Anillos. Me gusta. Me encanta leer. Siempre llevo algún libro entre manos. Pero lo que la obra de Tolkien y su universo caló en mi yo adulto, nada, excepto Dragon Ball en mi infancia y no de la misma manera y eso que no es perfecta, lo ha podido igualar.

Todo este aglomerado de historias, películas y series, tendrán su eco en los relatos que compartiré en mi blog. Aunque mi intención es que os guste, puede que mi estilo o mi visión de las cosas os lleven a una decepción; o quizá no. ¡Quién sabe! Sólo hay una manera de saberlo. Empecemos.

Gracias por pasarte por mi pequeño rincón.